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Sexo anal: la otra cara de la moneda

El sexo anal ha sido, desde hace algunas décadas, una de las prácticas con menos popularidad entre los heterosexuales debido a algunos aspectos que la acompañan.

A pesar de que los tiempos han cambiado y el sexo anal ha dejado de ser visto como una práctica imposible, todavía hay muchos mitos e ideas equivocadas al respecto, además de cierto rechazo por ser la práctica sexual más extendida dentro de las parejas homosexuales.

¿El dolor es inevitable? ¿Siempre hay restos de heces? ¿Cuándo es demasiado? Las interrogantes son múltiples y varían. Afortunadamente llegaste al sitio indicado donde todas tus dudas serán esclarecidas para que sepas qué hacer y qué no hacer, nunca olvides que siempre será tu decisión.

Pero… ¿Qué es el sexo anal?

El sexo anal es una práctica sexual que consiste en la introducción del pene –o un juguete sexual en caso de masturbación- en el ano y en el recto de la persona con la que se está desarrollando el acto sexual.

Como ya te mencionamos anteriormente, el sexo anal es un tema que se ha considerado tabú desde hace millones de años y también ha sido condenado por múltiples religiones.

Todas estas medidas de rechazo tienen distintas causas, sin embargo, debes saber que el sexo anal era, por naturaleza, una de las medidas más usadas para controlar la natalidad a pesar de que esto incurría en varios riesgos de higiene.

Ahora bien, respecto al dolor, que es uno de los aspectos que más les importa a las personas que se sienten tentadas a practicarlo pero que terminan de dar el paso. Tienes que saber que como usualmente este esfínter se encuentra cerrado, el sexo anal sí podría resultar doloroso si de manera previa el músculo no se ha distendido.

Sin embargo, para conseguir ese placer deseado y que el momento sea realmente una experiencia agradable para la pareja, el sexo anal puede ir acompañado de la masturbación para que el músculo se relaje y se vuelva más sencilla la penetración.

Lubricación en el sexo anal

La lubricación es un elemento sumamente importante si estás pensando en practicar sexo anal.

El recto y el ano no generan lubricación natural, como es el caso de la vagina, para que se facilite el acto sexual. Además de esto, al contrario de la vagina, los músculos de esta área no son elásticos, por lo que impiden la dilatación al momento de la penetración.

Esta situación es la que causa heridas o ciertos desgarros.

Pero calma, no todo es dolor y malas noticias.

Si una pareja quiere evitar todo este tipo de problemas e insisten en practicar el sexo anal, deben usar algún lubricante que puedes comprar en cualquier sex shop, por ejemplo,  que pueda facilitar la experiencia de la penetración. La saliva, que funciona como un lubricante natural, no es lo suficientemente duradero como para que pueda funcionar, pues se evapora con demasiada rapidez, por lo que lo más aconsejable será usar lubricante sintético.

La masturbación y el sexo anal

Para tener un buen sexo, se debe tener en cuenta que a mayores niveles de pasión, más alto será el placer de la experiencia. 

Ahora bien, la masturbación anal consiste en la estimulación de la zona del ano para que el orgasmo se pueda volver mucho más intenso.

Las maneras más comunes de masturbación consisten en la introducción de uno o más dedos, aunque también se pueden insertar algunos juguetes sexuales.

Probablemente te estés preguntando si la sensación es la misma para hombres y mujeres, y acá te tenemos la respuesta.

En el caso de los hombres, la masturbación del ano puede llegar a ser placentera porque se puede llegar a la próstata, punto que concentra una gran cantidad de terminaciones nerviosas. Ahora bien, en el caso de las mujeres, con esta masturbación también se puede llegar a estimular la vagina.

Algunos de los métodos más utilizados en el sexo anal y que se refieren a la estimulación tienen que ver con tocar el orificio del ano mientras se masturban los propios genitales o los de la pareja. También se encuentra el caso de la estimulación del ano de la pareja mientras se lleva a cabo el coito, de manera que se incremente la excitación durante la jornada sexual.

Pero no te olvides nunca de los juegos previos, de las fantasías y sensaciones de la práctica del sexo oral. Esto provocará un aumento de la temperatura en ambos que los llevará al éxtasis fuera de serie. 

Insertar paso a paso y con delicadeza los dedos o el objeto que hayas decidido, contribuirá con que la sensación de dolor no se perciba de manera intensa pues la dilatación de cada uno de los músculos se estaría logrando de forma gradual o por niveles.

Es importante que tengas en cuenta que mientras más estimulada esté la mujer con mayor facilidad accederá a esta práctica y es fundamental para que salga todo sobre ruedas.

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Riesgos del sexo anal

Sin embargo, es esencial que sepas que, como todo, también hay un lado no tan divertido y que puede ser bastante riesgoso. Con el sexo oral y la introducción de objetos en el ano pueden surgir algunos peligros asociados.

El ano es una zona muy sensible y las paredes intestinales no causan ningún tipo de dolor cuando se introduce algún objeto, por lo que puede llegar a ocurrir que algo se introduzca demasiado y no puedan volver a sacarlo. En estos casos la solución suele ser aplicar una cirugía para poder extraer el objeto perdido.

Debido a este riesgo no es recomendable insertar objetos en el ano que no se hayan hecho con ese fin. Sin importar el nivel de excitación que puedas sentir durante una jornada de sexo anal, no te dejes llevar y no cometas locuras, el riesgo puede ser alto.

¿Qué pasa después del sexo anal?

Debido a todos los prejuicios y temas que existen alrededor de esta práctica, no es común que se hable del sexo anal como se habla de cualquier otra actividad sexual. Sin embargo, hay algunas cosas que deberías saber si eres mujer y quieres empezar a probar esta práctica y que, aunque no se hable mucho de ello, es importante.

– No usar el mismo preservativo. Si sabes que tendrás una noche ardiente y llena de experiencias nuevas y sabes que tendrás sexo anal y también sexo vaginal debes tomarte el tiempo adecuado para cambiar de condón antes de cambiar el sitio de penetración. Puede que esto le reste un poco de calentura al momento, pero estarás previniendo infecciones que después te pueden traer problemas.

– Higiene. Los lubricantes que se recomiendan para el sexo anal suelen durar mucho tiempo, pero también cuesta mucho limpiarlos, por lo que es probable que tengas que tomar algunas medidas a la hora de que quieras limpiar tu recto después de la jornada sexual. Una de las recomendaciones que hacen los expertos es que uses toallitas húmedas o que vayas directo a la ducha.

DATO: no limpies de atrás hacia adelante, esto podría arrastrar resto de materias del ano que podrían entrar en tu vagina y crear infecciones a posteriori.

Atención cuando vayas al baño. Como ya sabes, el ano no está hecho para recibir embestidas de penetración, por lo que las fibras musculares pueden dañarse con mucha facilidad así como los vasos sanguíneos.

Debido a esto, es normal si percibes algún sagrado después del sexo anal, por lo que no debes preocuparte. Sin embargo, si notas que este sangrado se prolonga o empiezas a tener problemas para ir al baño con normalidad, entonces debes acudir al médico para que se percate de que todo se encuentra bien en tu parte trasera.

Flatulencias. Justo después de que hayas terminado tu jornada increíble de sexo anal puede que te sientas en el cielo porque te gustó mucho la experiencia o por cualquier otra razón, sin embargo, es posible que oigas o sientas más flatulencias de lo normal.

No te asustes, todo es normal y tiene explicación.

Después de que has practicado sexo en la parte trasera es normal que los músculos hayan quedado un poco sueltos y no puedas controlarte. Esta es la manera en la que tu cuerpo actúa para liberar el aire que se acumuló durante la penetración, así que tranquila.

– Ejercicios para fortalecer. Practicar sexo anal de manera constante puede ocasionar que se debilite el esfínter anal, lo que podría aumentar el riesgo de incontinencia fecal. Pero no te inquietes, solo debes ponerte a hacer ejercicios de Kegel, que son los indicados para que puedas fortalecer los músculos y que no haya problemas.

El sexo anal, como todas las otras prácticas sexuales, son opcionales. No es algo obligatorio y no tienes que acceder si te fuerzan a que hagas algo que no deseas, no importa qué sea. Si ya los has probado y no te gustó, entonces ya tomaste tu decisión, sin embargo, si aún no te has aventurado al camino del placer anal entonces puede que te quede mucho mundo por descubrir y muchas cosas por probar para saber qué decisión tomar.

Solo tú puedes decidir sobre tu cuerpo y sobre las cosas que te dan placer, bien sea con el sexo anal o con cualquier otro tipo de método sexual, lo importante es que pruebes cosas que te hagan sentir satisfacción.

Recuerda que el sexo anal es una de las tantas practicas a nivel sexual de las que puedes disfrutar con tu pareja, pero puedes animarte también con distintas posiciones sexuales para incrementar las experiencias placenteras con tu pareja. 

¡Salud Y buena Vida!🍀

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